viernes, 5 de diciembre de 2008

Iván Illich

Fue el autor de una serie de críticas a las instituciones clave del progreso en la cultura moderna. Se ocupó en formular profundas críticas a la educación escolar, la medicina profesional y de patente, el trabajo ajeno y no creador, el consumo voraz de energía necesaria para el desarrollo económico como una negación de la equidad y la justicia social, entre otros temas.

Tuvo su momento de esplendor al conocerse sus primeras publicaciones en los años 70, para caer luego en un ciclo de reinterés y aparente olvido, pues su lectura y relecturas están ligadas al surgimiento de diversos movimientos sociales (ambientalistas, equidad, minorías...)

Su libro más aclamado fue La Sociedad Desescolarizada (1971), una crítica a la educación tal y como se lleva a cabo en las economías "modernas". Lleno de observaciones críticas sobre los planes de estudios de su tiempo, el libro puede parecer desfasado, pero sus afirmaciones y propuestas básicas siguen siendo tan radicales y certeras hoy como lo fueron en su momento, a través de ejemplos reales sobre la naturaleza ineficaz de la educación escolarizada, Illich se mostraba favorable al autoaprendizaje, apoyado en relaciones sociales libremente intencionadas en encuentros y conversaciones fluidas e informales:

La educación universal por medio de la escolarización no es factible. No sería más factible si se la intentara mediante instituciones alternativas construidas según el estilo de las escuelas actuales. Ni unas nuevas actitudes de los maestros hacia sus alumnos, ni la proliferación de nuevas herramientas y métodos físicos o mentales (en el aula o en el dormitorio), ni, finalmente, el intento de ampliar la responsabilidad del pedagogo hasta que englobe las vidas completas de sus alumnos, dará por resultado la educación universal. La búsqueda actual de nuevos embudos educacionales debe revertirse hacia la búsqueda de su antípoda institucional: tramas educacionales que aumenten la oportunidad para que cada cual transforme cada momento de su vida en un momento de aprendizaje, de compartir, de interesarse. Confiamos en estar aportando conceptos necesarios para aquellos que realizan tales investigaciones a grandes rasgos sobre la educación --y asimismo para aquellos que buscan alternativas para otras industrias de servicio establecidas.

Las últimas frases dejan claro lo que el título sugiere, que la institucionalización de la educación marca una tendencia hacia la institucionalización de la sociedad, y por el contrario las ideas de des-institucionalización de la educación podrían ser un punto de partida hacia la des-institucionalización de la sociedad. Y ahí es donde la radicalidadd de sus ideas quedan claras. Como pensador holístico, con una inteligencia formidable y una erudición cultural amplísima, Illich siempre plantea sus análisis en los términos más amplios posibles, pero precisos y certeros en sus críticas.

No hay comentarios: